lunes, 3 de marzo de 2014

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A todos les recita el mismo verso, les habla de su soledad incomparable y grande. Todos los que circulan por su casa casi mítica, medio sagrada, reciben la misma recriminación. Ni siquiera los que caen en su trampa y la consienten están exentos de su verba. Les espeta la ingratitud, la desmemoria, la indiferencia.  Al principio algunos se sienten seriamente cuestionados, se queman los sesos. Pero con el paso del tiempo, van adaptándose a la lógica quejosa de la vieja, aceptando que esa es su forma de ser protagonista perpetua. Al final se ríen como si se rieran de las ocurrencias de un niño pequeño, mientras ella siente una impotencia subiéndole como una bola de fuego por el cuerpo.

51 comentarios:

alba dijo...

qué lúcido y qué ácido es usted, caballero, siempre sacando a la luz verdades que el resto preferiríamos ocultar, no sea que se nos manche la perfección, ja. este victimario promete.
abrazos.

LA ZARZAMORA dijo...

Qué malo es hacerse mayor para algunos, eh?


Besos, Darío.

lichazul dijo...

a rabiar ,directo y sin concesiones
la Poesía despelleja

felicitaciones Darío !!
abrazos y buena semana

mariajesusparadela dijo...

La queja contínua, aun estando cargada de verdad, acaba cansando. Y entonces sí que la soledad es absoluta.
Pobres de nosotras, las viejas.

Laura dijo...

Esta víctima se mira en el espejo de sus carencias no resueltas.

Besos

vera eikon dijo...

Quizás esa impotencia es su única compañía y eclipsa un vación en el sentir...Estoy con Alba, ya tengo ganas del siguiente! Abrazo

Marián dijo...

El victimismo es una adicción como cualquier otra. La victima se refugia ahí porque su mundo es bastante reducido, si la sacas de sus quejas se quedan en nada...

Abrazo.

Amanecer Nocturno dijo...

Dejas con ganas de más. Esta vampira emocional descontenta con todo y todos es una genial protagonista.

Abrazo.

Jo dijo...

para algunos es motivo de verguenza, como si a nuestros viejos o cuando uno envejece tiene uno que esconderlos o esconderse.

la gente que los desprecia y los oculta o los sublima son esos los que deberian dejarlos recluídos

Verónica Calvo dijo...

Que tremendo, Darío.

Has retratado una gran realidad.

Saludos

Corina dijo...

Así es...
Lo ingrato... a veces no queda más que transitarlo...
Besos Dari

Lila Biscia dijo...

el beneficio secundario de la enfermedad (que siempre se hace primario, siempre, y domina todo)
vamos a leer mucho a jodo :)

abrazos, querido dario.

la MaLquEridA dijo...

Manipulación absoluta de protagonista de toda la vida.

Marga dijo...

Joer, me has dejado así como agachado el ánimo...

Es la vida, me digo, pero qué puta la vida de unos y otros. Yo no veo tanto a la víctima pero sí pensar que víctimas somos todos, la que se queja, los que nos quejaremos. Y la indiferencia o la impotencia están muy cerca.

jo, abrazo pero eso, chapó, pedazo texto.

Sandra Garrido dijo...

A la vejez que nos queda, y a los ancianos quién los escucha. Pocos.
Duelen más los que permanecen en absoluto silencio

un barazo

◊ dissident ◊ dijo...

La edad, imparable y muchas veces repelente...

Hasta en el último rincón dijo...

La edad del corazón es la que realmente importa!
:)

Mamen dijo...

Conozco a alguien así, casi diría que tú también.Lo mismo en todas partes,no hay frontera para tantas deseperanzas.
Un abrazo.

Blue dijo...

No sé quien es esa vieja, pero no me gusta. No sé cómo has sido capaz de exprimirles tanto jugo en el texto.

Besos.

diego dijo...

Todos llegaremos a viejos y sentiremos la impotencia subirnos como una bola de fuego...

Amapola Azzul dijo...

Darío, como una bola de fuego eterno, qué buena poesía.

Enhorabuena.

MoniRevuelta dijo...

Más que huir, deberíamos prepararnos para conocer la soledad. Nos espera a todos.

Un beso Darío

Anónimo dijo...

Igual también ella algún día se juró a sí misma que prefería morir antes de llegar comportarse así.... Yo lo he hecho.

(Tampoco sería la primera vez que no cumplo con alguna cosa ;)

Beso

Sergio DS dijo...

Cruel la viejita...

Un abrazo.

Carmela dijo...

La forma de ser en la vejez, aunque con menos problemas para decir tal cual lo que uno piensa, es reflejo de la vida vivida. Me parece a mí que esa señora fue dominanta y con aires de protagonismo..

Muy bueno, Darío.
Un beso.

Errata y errata dijo...

La manipulación, en cualquiera de sus formas posibles, es una de las armas más terribles de los tiranos. Te voy a tener que twittear.

virgi dijo...

Seguramente no queda lejos el que nos parezcamos a esta señora, quemada ya de tantas bolas de fuego.
Besos

María Socorro Luis dijo...

Tal vez ha sido así toda su vida, y ella solita se ha buscado la soledad...

Besos

Amapola Azzul dijo...

Es bonito ver sonreír a los demás.

Un beso.

Feliz semana, Darío.

TORO SALVAJE dijo...

La vieja debería suicidarse.
Ya.

Saludos.

De barro y luz dijo...

Y sabe que, muchos de los que ahora ríen, terminarán haciendo como ella...

Abzo

José A. García dijo...

Como el castigo de Tántalo, que todos los ven pero sólo él lo sufre. Si no me toca a mí, ¿por qué habría de congraciarme?

Saludos

J.

Mientrasleo dijo...

Indiferencia, y para ella, soledad
Besos

Mirella S. dijo...

Durísimo, Darío, pero tan cierto...
Abrazo.

Anónimo dijo...

Potente, voy a hurgar más por aquí.

amy dijo...

Víctima de sus carencias, triste
Un abrazo

Cecy dijo...

El gran engaño, es mas que un simple manejo.

Abrazote joven!

Maria dijo...

Un desencuentro producido por las circunstancias. Y esa soledad se podría aliviar aunque curar nunca.
Conflictivo, agudo y afilado como un cuchillo es tu poema, Dario.
Bicos.

BEATRIZ dijo...

Un texto punzante Darío, para homenajear la vejez, me ha traído recuerdos de mi abuela.

Abrazos.

MAR dijo...

No sé que decir... pero acá estoy presente.
Cariños para ti.
mar

Humberto Dib dijo...

Perdón, ¿vos conociste a mi vieja? Es imposible.
Un abrazo.
HD

Amapola Azzul dijo...

Seguro que hay quien no se cuestiona nada.

Un beso.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Después de un tiempo, ya me tienes de nuevo por tu casa, disfrutando de cada una de tus palabras.

Saludos.

marichuy dijo...

Mi abuela era un poco atípica, o tal vez sólo orgullosa, difícilmente hacia recriminaciones en voz alta, no obstante, uno podía sentir cuando estaba «resentida» por algo. Mi madre es un poco menos atípica…

Un abrazo

Licantropunk dijo...

Tomarse uno demasiado en serio es un gran mal, y da igual que seas un adolescente airado que un abuelete... airado también.
Saludos.

María Beatriz dijo...

La vida es jodida a veces y difícil es envejecer. Los demás comprenderán lo que se siente cuando llegue su propio deterioro, de la mano de la cercana muerte.

Un beso
Maribe

Anónimo dijo...

hacer de la observación un arte de satisfacción inocua :)



Besos

Esilleviana dijo...

Hay personas que necesitan pronunciar palabras en voz alta, aunque no necesariamente para comunicarse con los demás, solo para escucharse a sí mismo/a. Palabras que reconfortan, calman, que sosiegan y alivian, se trata de egoísmo puro :))

un abrazo

U-topia dijo...

La soledad no elegida es capaz de llevar a la locura, o a la amargura, que parece ser el caso de esa mujer.

Por otro lado las personas que se quejan como si fuera una letanía resultan bastante insoportables.

Buen texto, Dario.

Un abrazo!!

Isabel dijo...

Y a medida que avanzan en la vejez y la amargura más de lo mismo.

Menos mal que hay excepciones que si no...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Muy bien acabdo el exto (y buena música en el blog).