martes, 29 de marzo de 2011

Etéreo


La chica que dijo: "fue un hechizo, del tipo que ocasiona mucho esfuerzo desprenderse de él..."

Si ésto es amor,
si así le llaman,
escojo hechizo,
ese estado casi patético,
medio tierno,
del todo despojado,
andar liviano
sin pensar
en el fuego del infierno,
ni en el infierno
del despecho y el rencor,
sólo flotar,
miles de pájaros enlazados
flotando sin furia,
los ojos florecidos,
la sonrisa del idiota,
los pelos al viento
y ninguna tormenta,
ninguna bala ciega,
ningún mano muda
sacudiendo las riendas del horror.

Imagen: Gustave Leónhard de Jonghe

jueves, 24 de marzo de 2011

Del olvido


Los que pretenden que olvides
no lo hacen sino
para que, cuando olvides,
puedan educar a sus hijos
en el arte
de arrancar verdades
como se arrancan las uñas
de los pies, o un hijo
de las manos.

Los que pretenden que olvides
no olvidan,
y cuando olvides irán,
con su terrible sombra
a buscarte,
para borrarte,
como se borra un número
en un papel,
o del mapa, a una mujer
arrojada al río.

Imagen: Web

lunes, 21 de marzo de 2011

Espejismo


Estábamos en cama
enredados como lombrices,
y sudando las nubes negras
del placer negado,
no fue amor,
ella hablaba como sí...
y yo le entregaba
mis manos en ritos,
como a un dios,
pero no fue amor,
metiéndonos, desordenadamente,
uno adentro del otro
en lucha infantil sobre:
"quién entra más",
y no fue amor,
dándonos sin asco
saliva y sangre,
como sólo se da
al hijo un riñón,
no, no fue amor,
erupcioné tan adentro
que ella no me vio,
me quemó lava con su boca
y quedé ciego,
pero no era amor,
así que a la mañana
olvidó mi nombre,
y mi aroma, y mi voz
y mi tacto; yo olvidé,
de la forma en que el amor
no puede olvidarse,
dicen los libros
de los preceptos primordiales,
y fuimos, sin certezas,
cada uno hacia su propio Sur.

Imagen: Jürgen Görg

viernes, 18 de marzo de 2011

Algo así



"I kissed you in the water 
And made your dry lips sing 
I saw you look 
Like a Japanese baby 
In an instant I remembered everything..."



The walk - The Cure

Este año
no voy a hacer nada
sin amor,
subir las escaleras
y trepar los muros
aunque no sepa adonde ir,
plegar las fronteras
y hacer con ellas
pájaros extraños,
despuntar los tejidos fríos
de mi abrigo
y ovillar
los alambrados
de nuestros mejores campos.

Nada sin amor,
honrar los días, los relojes
de sol a luna, de rocío a estrella,
flotar en el río,
reírme en la vigilia
de su verdad fugaz,
y soñar los sueños
que no soñé,
anotarlos con trazo fino
en las suaves hojas
de una agenda transhistórica.

Este año éste,
no voy a hacer nada
sin amor,
no besarte
como en los años
que pasaron,
no decirte que si
con la mimosa facilidad
del cachorro,
no tragar sapos,
nada sin amor
y puede que,
deba dormir en otra cama,
una cama que quizás,
cobije multitudes
de indigentes enamorados.

lunes, 14 de marzo de 2011

Paradojas del pozo


Alguien construyó (cavó) este pozo para mí. Es un pozo cálido y nada desagradable. Digamos que estoy a mis anchas, una pose, eso es. Este pozo es una mera pose. Toda distancia con lo cotidiano es una pose.
Una extraña paradoja. Como dijo uno de los nuestros, lo bueno del pozo es que tiene límites. Abajo hay un piso, de manera que no puedo vivir cayendo. Puedo palpar las paredes, así que no puedo perderme, desbordarme. No es dolor desbordante, es pose. Arriba hay una tapa, creo. Quizá, yo también tenga mi chica Kasahara, poniéndole límites al cielo. El techo. Todo es una pose/pozo. Este pozo no es el infierno. Tiene límites precisos, pero, otra paradoja, su negrura es infinita. El pozo fáctico es una cajita donde quepo perfectamente. Su oscuridad, es imposible de mensurar.
Pero me gusta quedarme acurrucado, acá, en este pocito mio. De arriba, me caen, de seguido, palabras, como migas de pan que se arrojan a las palomas, como maná de los dioses para sus fieles hambrientos. Lo mejor de la pose es el mimo que llega deslizándose para alimentar. El agua de la lluvia que se filtra por las heridas de la piedra. Esa debe ser mi chica Kasahara, la cicatriz imposible.
La paradoja apoteótica reza que la oscuridad insondable es, en realidad, un cristal, a través del cual puede verse todo desde otra perspectiva. Lo negro traducido al color. El pozo tiene fondo y todas las cosas, aun las más horribles, tienen cielo en el que se amontonan estrellas, planetas rojos, lunas y luminosidades fugaces.
Ha de ser mi chica Kasahara, que en noches hermosas levanta la tapa que está en la boca del pozo. Y yo, en pose, acurrucado ahí en el fondo, recibo su agua bendita.
Al final, sumido en lo negro del pozo, en el infinito negro, puedo ver, recordar, que hay muchas cosas que brillan con luz propia, pero que, entre tanta luz artificial, se confunden endemoniadamente. Y quizá, haya por ahí, gente cayendo en pozos sin fondo.
Descorré esa tapa, por favor - grito. 

Imagen: Kasimir Malevich

viernes, 11 de marzo de 2011

Pasión


Cuando ya no me queda una gota de aire, entro en el pozo. Desciendo lentamente como una pluma. Mi casa es un espacio lacerante, las paredes rasgan mi piel, el techo me aplasta. En el fondo del pozo puedo estar exento del odio, dejarme mojar por las aguas subterráneas, escurrir los resabios que me oxidan.
Necesito dejar fluir los minutos, ir desapareciendo despacio con ellos hasta volverme excesivamente leve. Pero busco una forma que no duela. Que el agujerito en la cabeza sea imperceptible pero preciso y efectivo. Que la soga rompa el hueso en una milésima de segundo. Que las venas exploten sin piedad, que la sangre oscurezca el mundo como una nube negra e infinita. 
El odio es atroz pero nadie lo asume sino que "alguien" lo practica con una ceguera irreversible. Después, con las palabras, ponen el odio en inmensas bolsas y las cargan sobre las espaldas de los tontos.
Desciendo como una pluma al pozo, me acomodo en el fondo del pozo, me quedo sentado con la cabeza entre las rodillas y empiezo a desaparecer. Pero necesito encontrar la manera fulminante, el rayo indescriptible, el veneno dulce y soporífero.
El odio me corta, desnuda mis fragmentos, revela mi insustancialidad. Por eso vengo al pozo. Ahora mismo estoy en el pozo, susurrando. Y puede que desde esta oscuridad, ya no me quede mucho más para decir.

Imagen: Kandinsky

martes, 8 de marzo de 2011

Mujeres quemadas


Una mujer es bien capaz
de atravesar
el velo del tiempo,
la misma mujer.
El mismo inquisidor
la quema,
por cargo de locura,
adulterio o brujería,
sin ninguna misericordia,
sino únicamente
con el invisible mandato
del trueno
y su exégesis aberrante.
La misma mujer se reconstruye
de cenizas
a sabiendas
de su terrible destino de fuego:
pero no claudica
sino hasta que
la implícita ley, la inusitada,
con todos sus ciegos ejecutores,
fanáticos, obedientes
acaba condenada
a la asfixiante existencia de la piedra.

Imagen: Oswaldo Guayasamín 

jueves, 3 de marzo de 2011

Sustancia


En invierno, cuando el frío
nos azote la cara,
te haré buen caldo,
o guiso de lentejas,
rojo y espeso
tal como Jacob,
o una suntuosa cazuela
con porotos,
o al fin, cualquier manjar
que se trague con cuchara,
(y a la siesta, cucharita)
que el invierno, cruento,
invita a las comidas
burbujeantes, picantes,
después, nos enroscamos
bajo frazadas,
tal como caímos al mundo,
sin hojas sin ramas,
sin dios que se apiade,
yo seré tu mujer
y vos mi estrella,
para el postre:
almibar de tus labios
y dulce de leche,
y que nos ampare
de los vientos, cualquier santo.