miércoles, 31 de octubre de 2012

Asarái

Yo sé, que la memoria de mi mano
ha extraviado en alguna ignota línea,
tu humedad,
la lisura de tu pierna,
la textura irregular de la cicatriz
en los suburbios de la ingle,
yo sé, de una anorexia que oxida
la delicadeza de la palma,
la temblorosa sensibilidad
de la yema,
algo que lima y destierra
la simpleza original de la piel,
la experiencia del goce o del dolor.

jueves, 25 de octubre de 2012

+

Más hacemos el amor y más me gusta, y más me gusta y más quiero hacer el amor. El círculo vicioso. La chica que fuma y me despluma.
Y más me gusta todavía cuando, en el intervalo del tornado, voy al baño y veo en el piso, sus bombachitas de color desperdigadas  (bombacha roja, bombacha azul furioso) que nunca había visto y que no recuerdo haber sacado de su rotundo cuerpo.
Me hace pensar que tiene bombachitas para cada situación y que esas, precisamente, diminutas y sugerentes, no me competen, no son para mis manos, y quién sabe.
Tal vez sean bombachitas adecuadas a un cierto tipo de pantalón o falda, o a su profesión, o simplemente, fetiches para situaciones imprevistas. Bombacha roja o azul furioso.
No lo sé, aunque de pronto también entiendo que una de esas puede ser la que anoche descorrí hasta el final de sus pies para abismarme en su sexo, mi mano mi boca mi voluntad irrefrenable. Lengua nerviosa.
Puede ser, nosotros hacemos el amor en la oscuridad, como si fuésemos dos bólidos perdidos en el cosmos que colisionan. Y nada se ve de lo que pasa, hasta que el flujo de luz explota en nuestros sexos unidos, orgasmo y desvarío.
No se ve su olor ni el mio, su gemido y mi suspiro, no veo su carne pero la presiento como una gracia divina, un don, la ráfaga voluptuosa.
Si, ha de ser esa bombachita la que yo descorrí como si fuese la cortina de un gran ventanal que da al mar. O no, quizá estas manos hayan arrancado la ínfima tela, roja, azul furioso; cumplida la apasionante misión de convertir en colorido bollito el sutil y liso taparrabos.
No se sabe, ya quedará para siempre entre las cosas perdidas en la nebulosa de la duda.
Entretanto, vuelvo y me gusta más, aunque ahora sé fehacientemente que nada cubre su sexo desmayado y errante en la oscuridad, y que fui yo quien descorrió el calzón, rojo o azul, o lo arrancó con vehemencia hace un rato, el choque de bólidos. O quién sabe, quién sabe.

lunes, 22 de octubre de 2012

Abraham

Sobre esta piedra
fría y tosca,
inaugura la historia
de la entrega,
el libro de los pueblos
que mandaron a sus hijos 
a una sala de tortura,
aquellos que los delataron
en nombre
de la "seguridad nacional"
y el "orden",
- Agamenon en nombre de la guerra -
y en la descendente elipse
del cuchillo
hacia la carne
Dios escribe
el ominoso prólogo
de la ira y el rencor
de sus desdentados herederos,
los que están sentados
a su derecha, siempre a la derecha. 

martes, 16 de octubre de 2012

6/100

 "Simulando nadar en tu casa..." R. S.

En tu casa
                en tu habitación
                                         en tu cama
tu boca
             tu endiablada lengua
                                             tus labios
tu incesante saliva mi espasmo
mi condena a ligera existencia

en tu paladar
                  en las comisuras
                                          entre tus dientes
los grumos del atardecer dichoso
                                                  en retirada
mi estrategia
                     a la deriva
                                      en tu cama.
                                             

viernes, 5 de octubre de 2012

⌂G¬#ý█¥XÆîÙ


Cómo no sudar
ante la boca del fusil
y su inminente gargajo
de fuego,
cómo interrumpir
el flujo desquiciado
de pasado, 
imaginar lo que será
mientras se deja de ser,
seguirá siendo aún después
de que los entumecidos ojos
ya no puedan percibir
sino a través
del negro abismo
de la bala
que ya inicia
su alevoso recorrido.