jueves, 28 de julio de 2011
Infección II
Conjurar el ataque
letal del virus,
atar las venas
con nudos ciegos,
arrancarse los ojos
que no son sino
ocasiones de pecado,
endurecer la piel
a fuerza de tajos
para que no se cuele
el diablo,
coserse la boca
con hilo encerado,
ponerle riendas al deseo,
asexuarse,
tornarse piedra...
o ceniza.
Imagen: Mark Rothko
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Condenas
lunes, 25 de julio de 2011
Infección
Ya no es posible
descubrir
desde donde partió
esa línea roja y afiebrada,
que avanza como el tiempo,
que avanza con el tiempo,
que avanza en el tiempo
y que en el tiempo
tendrá su corolario,
cuando,
la línea roja y afiebrada,
corte, definitivamente
su avance enloquecido,
no habrá antes, durante
ni después,
apenas nada,
nada de nada
ni siquiera /Nada /
Imagen: Mark Rothko
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Condenas
jueves, 21 de julio de 2011
Sueño con Kimono
"La joven debía tener un nombre y él seguramente había visto su cara, pero sólo su porte, o mejor dicho su pequeñez, persistían vagamente en su mente. Creía que ella iba vestida con un quimono. Se preguntó si había sido una imagen de la bella hermana de Yasuko, pero decidió que no.
La fuente del sueño era una nota en el diario de la noche anterior."
"El sonido de la montaña" - Yasunari Kawabata
La hipnosis irrefutable
de tu piel
cubierta con kimono,
el cielo negro
acribillado con estrellas,
sueño, y en el sueño,
mi mano sueña
con vulnerar
el drástico atavío,
escurrirse
como el insecto caprichoso
en loco viaje
por la ruta de tus poros,
conquistar la zona
de escalofríos,
ardiente búsqueda
del alimento fabuloso
de tu carne,
sueña la mano
con la virgen constelación
resguardada bajo seda;
qué sientas
mis huellas dactilares
desfilar como
un ejército suave
por tus tobillos delicados,
qué sientas
las líneas de mi mano
augurando el inminente destino
de tu cuerpo,
qué mis dedos se ahoguen
en río del olvido
y resurjan majestuosos
en presentes,
en remolinos,
en olas enloquecidas,
en ráfagas,
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Sueños
lunes, 18 de julio de 2011
Serie indefinida
Caín mató a Abel
con saña y alevosía,
los hijos de Abel, enardecidos,
vengaron su muerte
con una crueldad
indescriptible,
y los nietos de Caín
vengaron la venganza
de los primeros vengadores
de la historia,
acto que a su vez,
el fundamentalismo abelista
no dejó en el olvido,
y así, ad infinitum
se matan los hombres
envenenados por un odio
inmemorial e inexplicable,
y sobreviven
los que por azar
o sesgado designio divino
o perfecto escondite,
escapan a la bala
o al cuchillo.
Imagen: Tomi Caballero
con saña y alevosía,
los hijos de Abel, enardecidos,
vengaron su muerte
con una crueldad
indescriptible,
y los nietos de Caín
vengaron la venganza
de los primeros vengadores
de la historia,
acto que a su vez,
el fundamentalismo abelista
no dejó en el olvido,
y así, ad infinitum
se matan los hombres
envenenados por un odio
inmemorial e inexplicable,
y sobreviven
los que por azar
o sesgado designio divino
o perfecto escondite,
escapan a la bala
o al cuchillo.
Imagen: Tomi Caballero
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Condenas
jueves, 14 de julio de 2011
Burocracia
Al final, las hojas de papel,
montañas inútiles
de exámenes de historia
que llevabas a la casa,
tapiaron mi sexo;
mi vasto sexo
olvidado, y moho
debajo de montañas
de hojas de papel
que llevabas a la casa;
enjambre de amazonas
salvajes e iracundas
aullando desconcertadas
por la ausencia irremplazable
de mi sexo
enhiesto, soberbio,
como el obelisco
de la ciudad de los monos;
me conformé
en mi reclusión
con penosas masturbaciones,
sobre números en rojo
e inciertos nombres en azul;
gargajos de semen
secándose en hojas de papel
que llevabas a la casa,
guerreras salvajes, iracundas,
montando sobre vergas
no tan imponentes, no tan temibles
pero si tangibles,
irrefutables.
Imagen: Norman Duenas (u otra vez, afanando a Flowers)
montañas inútiles
de exámenes de historia
que llevabas a la casa,
tapiaron mi sexo;
mi vasto sexo
olvidado, y moho
debajo de montañas
de hojas de papel
que llevabas a la casa;
enjambre de amazonas
salvajes e iracundas
aullando desconcertadas
por la ausencia irremplazable
de mi sexo
enhiesto, soberbio,
como el obelisco
de la ciudad de los monos;
me conformé
en mi reclusión
con penosas masturbaciones,
sobre números en rojo
e inciertos nombres en azul;
gargajos de semen
secándose en hojas de papel
que llevabas a la casa,
guerreras salvajes, iracundas,
montando sobre vergas
no tan imponentes, no tan temibles
pero si tangibles,
irrefutables.
Imagen: Norman Duenas (u otra vez, afanando a Flowers)
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Delirios
lunes, 11 de julio de 2011
Líneas
La raya
de tu redondito y blanco
culo no termina, jamás,
se me ocurre otra línea,
infinita,
aún considerando
las tangibles fronteras
que imponen
el comienzo (o el fin)
de tu espalda,
y en el polo opuesto
ese puente que conduce
a la otra raya, la suprema,
la endiablada,
la que dios, el oscuro,
urdió con un certero
hachazo en el alba
de los tiempos;
la raya de tu
redondito y blanco
culo no termina,
permanece, incólume,
eterna en mi cabeza,
como sí fuese
la continuidad especular
de una magnánima línea, sugerente,
profunda, inmemorial,
que "algo" esconde
en su fresco laberinto.
Imagen: Dominique Desrue (Robado descaradamente a Flowers, dueña del mundo que "nos pone")
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Condenas
jueves, 7 de julio de 2011
Causas perdidas
Quisiera vivir mil años,
pero después, de seguro,
desearía otros mil,
sólo para palpar
ciertos goces diferidos
por el inexorable devenir
de los sucesos, y porque,
las causas perdidas
siempre encuentran
en un punto preciso
de la injusta línea del tiempo,
su apoteosis,
su instante glorioso,
que jamás podrán igualar
las sucesivas y crispantes
victorias de lo insulso,
de la superficie áspera
del egoísmo,
y la ambición desmesurada;
como un relámpago
palpita la certeza
de que las causas perdidas
vencen,
pero precisan mil años,
quizás mil más.
Imagen: "In the name of the father" - Jim Sheridan
pero después, de seguro,
desearía otros mil,
sólo para palpar
ciertos goces diferidos
por el inexorable devenir
de los sucesos, y porque,
las causas perdidas
siempre encuentran
en un punto preciso
de la injusta línea del tiempo,
su apoteosis,
su instante glorioso,
que jamás podrán igualar
las sucesivas y crispantes
victorias de lo insulso,
de la superficie áspera
del egoísmo,
y la ambición desmesurada;
como un relámpago
palpita la certeza
de que las causas perdidas
vencen,
pero precisan mil años,
quizás mil más.
Imagen: "In the name of the father" - Jim Sheridan
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Mundos posibles
lunes, 4 de julio de 2011
Canaán
En la noche precedente
al día en que te conocí,
habías tenido
un sueño voluptuoso, conmigo,
con mi cuerpo,
con mi boca,
con mis dedos,
con mi sexo;
yo intenté rodear
tus muros, prometida
era tu tierra
me desvelaba la conquista
de tu cuerpo,
de tu boca,
de tus dedos,
de tu sexo,
no advertía, caudillo ciego,
que tu sueño,
no había culminado,
que ahí pre-existíamos,
que ésa era la nación
de nuestro cuerpo,
nuestra boca,
nuestros dedos,
nuestro sexo,
fundidos inexplicablemente
como una obra de Vulcano.
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Mundos posibles
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