sábado, 25 de diciembre de 2010

Banquete




Me retiro unos días al infierno. Ahí es don de yo paso las fiestas de los Cristianos. De manera que cuando regreso, después de haber atravesado en barca el lago, y haber lidiado con feroz perro, la algarabía ya ha desaparecido. 
Por lo pronto, les dejo un precioso escrito de una amiga maravillosa. Un texto que hace unos años me cambió la forma de escribir y de pensar la escritura.
Gracias, Acuarela.




Cuando quiero, me doy banquete. Llego dueña y señora del convite y tomo lo que, por derecho emocional me pertenece sin contratos ni firmas, sin exigencias póstumas y mucho menos con embrujos, porque en ellos no creo. Más bien pienso que el encanto del que hago gala es tan cierto como esa creatividad que llevo en los genes y que otorgo como privilegio a quien mezcla en partes iguales la inteligencia y el sentimiento. Cualquier desnivel en las medidas empleadas en la confección del manjar da lugar a un brebaje que desecho al instante por estar en desventaja a mis requerimientos.
Me doy banquete cuando quiero, repito, y en cada bocado el bastimento del que me nutro debe contener las dosis que eleven mi alma. Reitero que llego a los eventos sin necesidad de entradas porque siempre soy invitada perenne y que mientras habito en existencias y donde quiera que esté, por un día, quince años o un mes no barro con rutina alguna ni les dejo mis escollos, que me quedo siempre estrella, protagonista principal sin competencia y que no me bajo a ningún hoyo ni caigo en provocaciones de pozos atrayentes.
Confieso que no pierdo el hilo y que tomo el lugar que corresponde, cuidándome de cariños que solo son accidentes. Por ello, por ser irrepetible e incondicional, me entrego sin necesitar permisos de admisión a las sensaciones donde, por derecho a lo que sé que produzco, me hago propietaria.
Traduzco las segundas vueltas como tornados de soledades en las que me apropio aún más de los espacios.
El manjar debe ser de sabores azules y formas fascinantes, no soy comida de diario ni chatarra que se ingiere cuando por hambre, no queda más remedio, pero que da igual en cuanto a gusto y textura.
Como al buen vino, cato a mis amores y cualquier gusto avinagrado produce de inmediato la exclusión de mi bodega.
Bocado, sí, es ese mi alimento, y así mismo por ningún concepto seré burdo mordisco que se roe sin apreciar sus atributos.
Bocado, de duques y reyes y el mío, aperitivo de una diosa a la que nunca se olvida y que sólo se sirve una cena plebeya si ésta jamás subestima su pericia e intelecto. Solo vence quien permito y no existe el elemento que me obligue a destruir por sentimiento, la capacidad que tengo de olfatear el sucio juego a distancia.
Por eso, limpio la estancia, rompo ficciones y como no me gradué de necia, han de cuidarse de mi suspicacia para disfrutar de mis hechizos.
Ratifico que después de mi bocado, muchos caminos hay que llegan al mismo abismo solitario y que únicamente en mi libre compañía puede afirmarse que el mundo propio y está dicho y comprobado que entre las esquinas de olorosas sábanas, se hace mi santa voluntad.
Renuevo mi posición de que nadie me tiene y que solo poseo lo que por libre decisión se me permite, así abuso de esa pertenencia de lo que no es físico ni material y que no es común saberlo dar y que para que alguien que se jacte de cacique tenga la osadía de llamarme "suya" hace falta muy poco y mucho, lo difícil está precisamente en descubrirlo, que no es poca cosa.
Sin embargo, me rindo cuando así lo determino, con una buena cantidad de pasión y magia pero con estilo y que entre vítores he de recibir a quien limpiamente quiera jugar mi juego.
Pincelo los labios que quiero y los hago tan míos como deseo y postrados e indefensos se entregan, convirtiéndose en exquisito aperitivo de mis ganas y afirmándome como patrona de las situaciones.
Soy todo y soy nada, subo y  bajo y repito no ser vianda comestible de plebeyo alguno sino de rey, por lo que no hace falta tener coronas y galardones para ser el mío.


Imagen: Alfred Stevens - El baño

29 comentarios:

Mercedes Thepinkant dijo...

Poder retirarse al infierno no es usual. Y mucho menos poder volver de él. Eres muy afortunado.

Un texto precioso, si, y muy descriptivo que por circunstancias personales puedo sentir como propio.

Besos desde la otra orilla.

garinoska dijo...

Curiyú, mira curioso lugar para pasar las fiestas navideñas, esperos que la pases bien.

Un abrazo.

◊ dissident ◊ dijo...

El infierno es muy grande y no creo que coincidamos en él, pero por allí ando yo por estas fechas.

Muy hermoso relato.

Abrazos

mariajesusparadela dijo...

Dile al Can Cerbero que eres amigo mío (los perros me quieren).

Rob K dijo...

Para ir al infierno a veces no hace falta viajar mucho, el solsticio de verano en estas pampas se le asemeja bastante. Que descanse Ud.

alma dijo...

Supongo que Caronte no te cobra...aquí estaremos para cuando vuelvas. Un besito, Curiyú

leamsi dijo...

A este ritmo me parece que el averno se va a poner más de moda que baquerira para estas fechas, solo nos falta que algún miembro de la casa del rey se apunte a la tendencia...
salu2 desde el garito de Caronte

cleopatra dijo...

Curi-Curi, tenés que traer para el averno monedas así Caronte te lleva en su barcaza y te da mejor destino.

Aunque no se porqué infiero que tu infierno es Buenos Aires.

¿Me equivocó?

Besos y besos

cleopatra dijo...

¿Sabés algo? Me encanta que alguien con tanta sensibilidad como vos, me posteé.

:)

Darío dijo...

Oh! Mi infierno se llama Pcia. Roque Saenz Peña, pero pronto iré al infiero que se llama Buenos Aires, lo prometo. Besosssssss y graciasssssss...

Darío dijo...

Leamsi: el infierno parece estar de moda, es verdad.

Alma: no me cobra, soy uno de sus preferidos.

Rob K: en efecto, ese es el infierno.

MariaJ: me alegro! Ya tengo privilegios!

Besos

Darío dijo...

Dissort: quién sabe! Si Eneas se topó con la despechada Dido...

Garinoska: gracias...hace unos años tomé esa rara costumbre.

Mercedes: soy un privilegiado, y ahora más, con el salvoconducto de Mary Jesus...un texto precioso, si...

Beshosh, ya desde ...mmmmmmmm...el lugar.

María Beatriz dijo...

Qué privilegio sumergirse en el infierno y volver aún con ganas de seguir viviendo...
Acabo de volver de Buenos Aires y haber visto sus miserias me hizo apreciar aún más mi rincón en las Sierras Cordobesas...

Que el próximo sea un buen año para vos, Curiyú!
Besos

marichuy dijo...

Qué banquete más antojable. Delicioso texto.

Y a usted, sólo puedo desear que su estadía (temporal, entiendo) en el Reino del Averno le sea muy enriquecedora: siempre se aprenderá más de los pecadores que de los santurrones... o por lo menos cosas más interesantes).

Un abrazo

PS La Llorona es mera proyección :)

Anónimo dijo...

El infierna existe, si tu le das vida...
Sobre ACUARELA... precioso! Ahora comprendo xq escribes tan bonito.
Besotes desde el cielo en reparación ;)

Isabel Martínez Barquero dijo...

Como un Rimbaud moderno, te vas una temporada al infierno.
A veces, es preciso bajar allí para poder subir después a lo más alto. Quien no lo ha desollado la lágrima, no estima como debiera la sonrisa.

Sé que regresarás como lo que ya eres, dueño y señor de ti mismo, como en ese banquete que se afirma con elegantes letras.

Un beso muy fuerte y, además, te mando mis mejores deseos para que los coloques en un huequito de tu mochila.
Te estaré esperando. Otro beso.

Malena dijo...

Si todavía estás en el Infierno, por favor .... CERRÁ LA PUERTA.

No se puede más de calor. :)

Tempus fugit dijo...

Con el frío que hace...no se debe de estar mal en el infierno.....


Buena prosa... y mejor banquete :)


un abrazo

Darío dijo...

De cenizas: el infierno está fatal.

Malena: no se puede más, y allá del frío.

Isabel: me conocés y me tocás el punto débil. Pero no soy Rimbaud!

Respirando: es un hermoso lugar, nomás que el calorrrrrr...

Marichuy: en verdad me fue muy beneficiosa. Muchas cosas aprendo de los monstruos que allí viven.

Maria Beatriz: ese es un infierno ordinario.

Besossssssssssss

MaLena Ezcurra dijo...

A veces hay gente que nos cambia el ritmo sin saberlo, lo digo por Acuarela y su motivadora palabra.
Me gusta eso de ser invitada perenne , llegar cuando lo deseamos y entregarnos a la emoción.


De tu infierno no digo ná, conozco de eso.


Va beso compañero, maravilloso nuevo año.


MaLena.

Stalker dijo...

tes esperamos, Curiyú, en esta catarsis.

Creo que habitas ese infierno con alegría y nos lo acercas en un mar de palabras,

un abrazo

La sonrisa de Hiperion dijo...

ver el tridente de lucifer, y tener ganas de verle la sotana a Pedro... noooooooo jjajaja pa ser malo, ser malísimo. Renta más.


Saludos y un abrazo.

Mundo Aquilante dijo...

Escribe muy lindo y usted también (siemrpe se lo digo). Siempre con el infierno eh... yo creo que en el fondo usted es un alma pura agredida por este mundo infame, entonces por eso juega un rato a ser diablo. Está bien... yo me defiendo parecido.
Feliz año!!!!!!!!
Cristina 2011

Mundo Aquilante y la burra pal frenchi.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

No me extraña que Acuarela haya cambiado tu forma de escribir y de percibir la escritura, pues este texto es magnífico, envíale mis felicitaciones, mi querido Curiyú. Y siento mi demora en aparecer por tu espacio, las tristezas me han tenido alejada de los blogs por unos días, pero ahora espero retomar de nuevo el pulso.

Un beso enorme, bueno, qué digo uno...¡MIL! y que el 2011 te traiga de todo lo mejor para ti y los tuyos. ¡"Sos" un amor, Curiyú!

Asolada dijo...

Nada, decirte que me gusta el texto de tu amiga, y tus manos. Porque... ¿son tuyas, no?

Beso

Lucía dijo...

Te esperaremos a la vuelta, jeje.
El texto es una maravilla, sin duda.

Besos

Lexy Sen dijo...

Gracias por compartir tan hermoso texto :)

Vivian dijo...

Cómo es ir al infierno?…
Yo, a veces, cato el vino de mis amores…¡pero creo que me está fallando el paladar (o lo que sea) porque al principio me parecen buenos y al final me salen “picados”.
En fin,
Un abrazo

Vivian dijo...

Mejor me voy, aunque arriba de comentarios diga "Esto es catarsis" hoy puedo divagar y eso no queda bien a los ojos del mundo.
Otro día seguiré mirando los escritos.
Un abrazo